Sin importar el tamaño, trayectoria o tipo de negocio, en cualquier momento puede surgir un imprevisto, dificultad o hecho inesperado que afecte la producción, las ventas, las finanzas o la estabilidad de los comercios.
De ahí la importancia de que los negocios se preparen para afrontar cualquier situación que pueda surgir, como puede ser: una caída en las ventas o un accidente en el local. Para prepararse ante imprevistos, existe una estrategia que lo puede ayudar:. A continuación, le contamos de qué se trata.
¿Qué es la gestión de riesgos?
La gestión de riesgos es un plan que permite identificar y evaluar los imprevistos que pueden surgir en cualquier negocio. A partir de este análisis, los comerciantes pueden implementar medidas preventivas para reducir los impactos de hechos inesperados que surjan o, también, pueden evitar que estos sucedan.
Al identificar los riesgos e implementar medidas para evitarlos, los comerciantes obtendrán distintos beneficios. Por ejemplo, pueden reducir costos adicionales provenientes de fallas en las maquinarias o de accidentes en el negocio.
5 pasos para gestionar los riesgos en su negocio
1. Identifique el riesgo
El primer paso es identificar el riesgo o hechos inesperados que pueden surgir en su negocio. Para esto, le recomendamos analizar en qué punto de la producción, empaque, venta o distribución de sus bienes o servicios se puede originar un imprevisto. Algunos riesgos que puede considerar son la falla en una máquina, escasez de materias primas, la suspensión de un servicio público en su local por arreglos en el sector, la incapacidad médica de un domiciliario, entre otros.
2. Evalué el riesgo
Una vez identificados los riesgos, le recomendamos ordenarlos según su nivel de impacto, priorizando aquellos que pueden generar mayor afectación.
3. Elabore un plan de mitigación de riesgos
Llegó el momento de pensar acciones que puedan ayudar a evitar que los riesgos que identificó en el primer paso surjan. Si los riesgos no se pueden evitar, le sugerimos pensar ideas que contribuyan a minimizar sus afectaciones. Por ejemplo, si un riesgo es el posible fallo de una máquina, puede proponer como acción: realizar revisiones técnicas periódicas.
4. Implemente el plan de mitigación de riesgos
Ahora deberá implementar el plan que diseñó. Si no cuenta con suficientes recursos, ¡no se preocupe! Puede comenzar poco a poco, empezando con los imprevistos más urgentes o que generen una mayor afectación.
5. Realice seguimiento al plan de mitigación de riesgos
El último paso consiste en revisar periódicamente el plan, puede ser de manera trimestral, semestral o anual. Esto le ayudará a verificar que las acciones se estén implementando y le permitirá identificar nuevos riesgos.
Como puede ver, la gestión de riesgos es más fácil de lo que parece. Al elaborar e implementar un plan, su negocio podrá estar preparado ante cualquier imprevisto. ¡No espere más y ponga en marcha esta herramienta!