Es normal escuchar a las personas decir “como está de costosa la vida”, o “todo cada vez está más caro” o “la plata ya no alcanza para nada”.
En general, hay una percepción que los precios de los alimentos, el transporte, la salud, los costos de la educación, y de todas nuestras necesidades, aumentan constantemente. Esta alza continua de precios es un fenómeno económico que se conoce como “la inflación”.
Por ejemplo, cada año los proveedores que venden productos a nuestros negocios suben los precios, entonces los dueños de los negocios necesitamos también subir los precios de los productos y los clientes deben pagar más por ello. A su vez, estos clientes que generalmente son empleados, también reciben más dinero en sus salarios cada año. Este breve ejemplo, describe lo que sucede en toda la economía continuamente.
En una economía convencional, los trabajadores tienen cada año más dinero para adquirir productos gracias al aumento de su salario. Como tienen más dinero pueden comprar los mismos productos aunque estos suban de precio. Incluso, si este aumento de salario es mayor entonces podrá comprar más productos.
Cuando los trabajadores y en general, las familias tienen para comprar más productos, entonces las empresas o nuestros negocios de comercio venden más, así sean productos más costosos que antes.
De esta forma, aunque la “inflación” hace que los precios aumenten continuamente, también nuestros negocios pueden subir sus precios y los clientes también tienen más dinero para cubrir sus necesidades.
Lo importante es entonces que los ingresos de las personas o de las familias aumenten a lo largo del tiempo, bien sea como emprendedores o independientes o bien sea como empleados. En cambio, si los ingresos de una persona o una familia cada año son los mismos, el aumento de precios (inflación) hace que cada año le alcance para menos y en este caso, la inflación tiene un efecto negativo en sus finanzas.