En otros negocios, en cambio, los dueños han decidido nunca fiar a sus clientes y lo hacen saber a través de avisos que exhiben en sus locales comerciales como: “El cliente es la persona más importante de este negocio, se le saluda, se le atiende, se le respeta, se le agradece, pero NO SE LE FÍA”, “Hoy no se fía, mañana sí”.
Pensar en fiar o no hacerlo, es una decisión que depende de la confianza que tengan los dueños del negocio en que sus clientes les pagarán por esos productos o servicios que adquieran. En cierta forma, fiar es hacer un préstamo a los clientes, pero sin intereses.
A continuación se analizan una serie de motivos por los cuáles se podría o no hacer estos créditos, lo invitamos a conocer algunas razones.
¿Por qué fiar?
- Para fidelizar los clientes. Es decir, los clientes podrían ser más fieles a negocios donde les dan esta oportunidad.
- Para vender más. Cuando se fía, los clientes tienden a llevar más productos o servicios dado que no tienen la limitación del dinero que tienen en efectivo.
- Para ayudar a ciertos clientes. Fiar permite ayudar a aquellos clientes que no tienen dinero en un determinado momento pero que “son buena paga”, es decir, que cumplen con sus compromisos y pagan sus deudas.
¿Por qué no fiar?
- Para evitar inconvenientes. Tener que cobrar dinero algo que puede resultar muy tedioso y en algunos casos generando conflictos con el deudor.
- Para no tener problemas de liquidez en el negocio. Cuando se fía, se está dejando de recibir dinero que puede servir para gastos del negocio que no dan espera como: pagar a proveedores, pagar recibos públicos, pagar salarios, etc.
- Para no tener otra tarea. Cuando se fía, se requiere llevar un registro de las deudas con los nombres de los clientes y el valor que deben. Esto es un proceso adicional que requiere tiempo y organización.
Con estas reflexiones Lo invitamos a realizar un balance de los beneficios y comparar qué es lo mejor para su negocio; fiar o no fiar.